La depresión y la Salud mental

Son diversos y abarcan desde aspectos biológicos hasta aspectos psicológicos y sociales. Estos factores se definen como atributos o variables que aumentan la probabilidad de que personas con características similares desarrollen la problemática en cuestión. En el caso de la depresión, ejemplos de factores de riesgo incluyen la edad, el sexo, el divorcio, los problemas familiares y las características socioeconómicas de la región. En la población adolescente, la investigación científica ha señalado una conexión significativa entre el entorno en el que viven y su salud mental. La interacción dinámica de factores de riesgo a distintos niveles se refleja en el aumento de las tasas de depresión en los adolescentes. (Sandybell González Lugo, 2018)    

 

Cuando experimentas síntomas de depresión, es importante buscar redes de apoyo  y hablar con personas de confianza. Aquí hay algunas opciones que puedes considerar: Amigos y familiares: Hablar con personas cercanas puede proporcionar un apoyo emocional valioso. Compartir tus sentimientos y experiencias puede aliviar la carga emocional y fortalecer los lazos afectivos. Grupos de apoyo: Participar en grupos de apoyo puede ser beneficioso, ya que te conecta con personas que pueden estar pasando por experiencias similares.  Compañeros de trabajo o escuela: Si te sientes cómodo, puedes hablar con colegas o compañeros de clase sobre lo que estás experimentando. “Recuerda que buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino un paso valiente hacia el cuidado de tu salud mental. Siempre es importante hablar con alguien y no enfrentar la depresión en soledad”

  La generación de la depresión en adolescentes puede atribuirse a diversos factores de riesgo, entre los cuales se incluyen el estrés académico, las presiones sociales y la exposición a las redes sociales. Las consecuencias negativas del contexto como factor de riesgo pueden intensificarse cuando se combinan con otras situaciones estresantes, como los sucesos de la vida. Estos sucesos, definidos como experiencias o acontecimientos con potencial para generar estrés, pueden ocurrir en diversos contextos, como ser víctima de violencia o enfrentar la pérdida de familiares, entre otros. Los sucesos de vida destacan como fuertes predictores de la depresión, siendo más comunes en poblaciones de nivel socioeconómico bajo. La relación entre los sucesos de vida experimentados por los adolescentes en ámbitos familiar, social y escolar, y la manifestación de síntomas depresivos, ha sido objeto de investigación en estudios previos. Por ejemplo, sucesos de vida estresantes vinculados a la escuela,

         Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo Cóleras graves recurrentes que son manifestadas verbalmente hasta llegar a agresión física, estos episodios se presentan dos o tres veces a la semana y durante un tiempo prologado de más de 12 meses. Según estadísticas los episodios surgen después de los 10 años de edad, estas condiciones afectan al niño en su interacción con  el medio relaciones con sus compañeros de estudios, maestros y familia. Trastorno de depresión mayor:  Este es un cuadro clínico de una depresión severa, altera muy fuerte la vida de quien la padece afectando la cotidianidad  en gran medida. Características: E stado de ánimo deprimido, tristeza, vacío sin esperanza, se le ve lloroso y en  los niños y adolescentes se presenta irritabilidad; nada de interés por casi todas las actividades; pérdida o aumento de peso si hacer dietas; insomnio o hipersomnia casi todos los días; agitación o retraso psicomotor, fatiga o pérdida de energía; sentimientos d